Una Noche En Vela
Eran las 05:00 am, el velero iba contra las olas y la marea del océano.
8 horas antes
Las risas de los invitados emergía, del velero a alta mar y se perdía en el eco de las sombras.
La musica suave y ligera, se mezclaba con las amenas y divertidas conversaciones de las personas que celebraban el inicio del verano.
Uno de los invitados resbaló y cayó por la borda, siendo rescatado y declarado muerto por un auxiliar de enfermería que se encontraba en ese momento en el sitio.
Rápidamente la sensación de festejo se convirtió en tragedia.
Trasladaron el cadáver a uno de los camarotes y de su bolsillo cayó al suelo un nota de suicidio.
Todos consternados se dieron cuenta de que no había sido un accidente.
El anfitrión, decidió regresar al puerto. Puso rumbo a tierra.
Resulta interrumpido por su hijo mayor que le comunica que el cadáver ha desaparecido.
Buscan por todo el barco y lo hallan en el refrigerador. No sólo el hallazgo es sorprendente sino que a su vez le falta medio brazo.
Todos confundidos, llaman a urgencias y a la policía. Todo se está volviendo muy oscuro.
El anfitrión reúne al hijo y a la mujer, y le solicita que vayan a sus cuartos y no salgan de allí.
Las seis personas restantes, le exigen al anfitrión que acelere.
La policía responde que se acerca una tormenta hacia las coordenadas de donde están llamando y no pueden intervenir, la guardia costera llegará en breve.
Las personas nerviosas, hostigan al anfitrión.
El hijo, emerge del camarote y armado dispara al aire.
Los invitados se asustan y suplican por sus vidas.
El anfitrión, le hace una seña al hijo.
El hijo descarga toda la munición sobre el anfitrión.
Los invitados gritan sin medida. La mujer sale y abraza al hijo.
Confiesa la terrible verdad, el anfitrión era antropofago y lo ideo todo para que ellos fueran sus presas.
Las personas, se sienten aliviadas y empiezan a confundirse cuando sienten ligeros mareos. Empiezan a caer.
El anfitrión, se levanta y sonríe, siempre es bueno jugar un poco con la comida.
Se acerca a los individuos y le sesga la yugular uno por uno.
La tormenta se acerca implacable. Las olas les baña por completo.
El anfitrión lucha contra la marea en vano.
05:00 am
La proa vacía, indica lo peor.
La familia, rodeada de cadáveres rezan por su vida.
La naturaleza les azota sin piedad.
Los rezos se convierte n en súplicas y poco a poco la tormenta va amainando.
Se salvan milagrosamente y regresan a tierra, bi
en provistos de provisiones.
Yenny Margarita García Almeida
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