Una Situación Inesperada
Una Situación Inesperada
La Señorita García, perfecta ama de casa y con unos dotes
culinarios excelentes, se dispone a marchar a su puesto de
trabajo cómo secretaria, que compagina con sus labores del
hogar, así cómo el cuidado de su bello perro Odín y su
maravillosa pareja.
Llega puntual, tan exacta, que hasta el reloj parece emitir un
sonido de fastidio por ser tan precisa.
Ricardo, el Jefe, advierte su presencia y le solicita que se
reúna con ella en su despacho, a través del telefonillo que
usan para comunicarse. García, atiende la llamada de
inmediato.
Ricardo, lacónico, le pide que cierre la puerta del despacho y
que se acomode en el confortante butacón para visitas.
Ricardo, sin demora, le entrega una hoja de despido, mientras
compunge las lágrimas por tener que cerrar la empresa,
gracias a la pandemia que está azotando al mundo.
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García, fuera, en la calle, fuma un cigarrillo, evoca lo difícil que
fue el proceso de selección en su recién dejado puesto y no
puede más que reprimir las lágrimas al igual que Ricardo.
Resuelta se marcha a casa. Una vez allí, echa mano de su
ordenador y se dispone a buscar empleo. Las ofertas parecen
tener miedo, puesto que apenas aparecen en el buscador.
Mira a su alrededor y piensa que tendrá tiempo para dedicar a
su pareja y a su preciosa mascota, manteniendo la casa aún
más limpia, si es preciso.
Pasan los días y la búsqueda de trabajo, permanece inmutable
sin mostrar signos de novedad. Decide echar curriculum en
todos los puestos. Abandona por el momento su idea de ser
Secretaria. Busca de limpieza, moza de almacén, reponedora-
cajera, e incluso para vender, profesión que odia en secreto ya
que su pareja es un excelente vendedor, de hecho es su
ocupación.
Le hacen entrevistas y los reclutadores la descartan por su
amplia formación. Piensan que sería un trabajo de paso para la
Señorita García que tiene mucha experiencia en secretariado y
administrativo. Uno de ellos le comenta, que necesitan gente
más joven, a lo que García se queda fría por la insinuación de
su acercamiento paulatino a la edad de oro.
Cansada de las negativas, empieza a vender pasteles caseros,
cuidando en extremo todas las medidas de seguridad y de
higiene para evitar un posible contagio y propagación del virus
que se manifiesta en la época.
Pronto es llamada por Hacienda, para que pague los impuestos
correspondientes. García, cancela la deuda y observa que ha
tenido que echar mano de los ahorros ya que el impuesto
duplicaba los beneficios.
García, abandona la repostería y decide dedicarse al mundo de
las ventas. Apela a su pareja para que le enseñe los tips
precisos y envía su curriculum a los diferentes puestos de
teleoperadora.
Todo marcha sobre ruedas y empieza en una empresa. Pasa el
periodo de prueba y no logra realizar venta alguna. La
despiden y García se ve nuevamente desempleada y sin
ocupación.
Los ahorros y el subsidio de desempleo, se le ha agotado y
ahora más que nunca necesita un empleo.
Compagina la búsqueda de trabajo con la participación en
concursos de literatura, su pasión. Después de varios intentos
fallidos, por fin gana uno y le publican un libro, recibiendo ella
la mayor parte de los beneficios.
García, feliz, se pone en contacto con Ricardo y le ayuda a
reabrir la empresa, convirtiéndose en la nueva socia de la
empresa Menos es Más, que se dedica a la venta de
accesorios de moda.
Yenny Margarita García Almeida
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