Cirux Uriel, nervioso, aparca su lujoso coche en el parking de la empresa Cirux. Baja del auto y camina resuelto hacia el ascensor que cohabita en la planta. Entra y audaz pulsa la planta número 220. La máquina veloz pero con una despresurización excelente, llega en pocos segundos al piso demandado. Abre sus puertas dando paso a la estancia predestinada al laboratorio de energías. Una recepcionista situada en la entrada del lugar, detrás de un espacioso escritorio, le sonríe y le anuncia que estaban esperando su visita. Uriel, le devuelve la sonrisa y se deja guiar por la esbelta joven. Le conduce hasta una sala en dónde le espera una científica, preparada con varios elementos y una máquina parecida a las de resonancia magnética. La recepcionista se despide expresándole que es la mejor decisión que puede experimentar en su vida. Uriel más tranquilo por constatar la profesionalidad expresa, se deja hacer por la científica. Muy bien Señor Smith, comie...