Pink

 

Pink.

Pink, sentada, en la incómoda silla de plástico, que tiene en su micro apartamento, ante el escritorio, bebe café de la taza de color rosa que ha adquirido por pocos céntimos, en el abasto, bodega o badulaque, que hay en la esquina de su calle.

La luz del sol, entra por las enormes ventanas de cristal, que rodean su piso. Los destellos de sol se reflejan en la piel dorada de Pink, dando un vistoso color aceitunado en la piel tersa que se manifiesta entre los ojos y la delicada curva de sus labios.

El timbre característico del Skype, inunda el lugar.

Pink, observa la llamada entrante.

Contesta con un toque en el teclado del portátil que se encuentra encima del escritorio. La imagen de un hombre mayor, de pelo cano y vestido de forma clásica se abre.

Pink, sonríe y asintiendo con la cabeza, permite a su interlocutor hablar.

La encomienda, resulta sencilla, la víctima reside en un país cercano. Billete, reserva de hotel y transporte se incluye en los biáticos anexos a la primera transferencia y según lo acordado se le depositara en la cuenta el restante una vez finalizado el encargo. Pink, cuelga la llamada de la misma forma que la descolgó.

Transfiere los datos recibidos al móvil de última generación. Finalizada la operación, se dirige a la habitación preparada para el acicalamiento. Al abrir el armario una serie de vestidos y trajes color rosa acaparan la visión. Zapatos del mismo color se ubican en la parte inferior del closet.

Pink, diestra, se hace con un traje de corte formal y se viste con meticulosidad. Tanto ropa interior, cómo accesorios, poseen el color que impera en la vida de Pink.

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Pink, baja de un taxi, en la capital Parisina. Entra en un edificio. Saluda al conserje. Resuelta, se encamina hacia el ascensor. Pulsa el botón del ático.

La soledad del ascensor, permite a Pink, abrir el pequeño maletín que le acompaña y montar el arma de fuego, con silenciador, plateada y con relieves que inspiran a la más delicada de las rosas.

Las puertas del ascensor se abren, acompañada de la voz robótica que anuncia la llegada a la planta, se evidencia para emerger dispuesta a su cometido.

La planta, ofrece una única puerta, blindada y protegida que incita a la retirada. Pink, pulsa el timbre. El servicio emerge tras la puerta que se abre poco a poco. De un disparo, la cabeza de la mucama explota bañando de sangre el acero de la puerta.

Pink, sin dejar de apuntar, entra al apartamento. Se escucha una voz que emerge detrás de su espalda. Pink, se gira y dispara. La bala al unisono de la de Pink emerge de la pistola del prometido, a su vez Pink, alcanza al novio de pleno en el pecho. Ambos sin dejar su estupor mueren lentamente.

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El Jefe de Pink, con su escolta, entran en el apartamento Parisino. El Jefe, señala que no hay piedad para las relaciones entre asesinos. Solicita al personal limpiar su apartamento del desastre.

Yenny Margarita García Almeida.