Pink. Pink, sentada, en la incómoda silla de plástico, que tiene en su micro apartamento, ante el escritorio, bebe café de la taza de color rosa que ha adquirido por pocos céntimos, en el abasto, bodega o badulaque, que hay en la esquina de su calle. La luz del sol, entra por las enormes ventanas de cristal, que rodean su piso. Los destellos de sol se reflejan en la piel dorada de Pink, dando un vistoso color aceitunado en la piel tersa que se manifiesta entre los ojos y la delicada curva de sus labios. El timbre característico del Skype, inunda el lugar. Pink, observa la llamada entrante. Contesta con un toque en el teclado del portátil que se encuentra encima del escritorio. La imagen de un hombre mayor, de pelo cano y vestido de forma clásica se abre. Pink, sonríe y asintiendo con la cabeza, permite a su interlocutor hablar. La encomienda, resulta sencilla, la víctima reside en un país cercano. Billete, reserva de hotel y transporte se incluye en los biát...